LEVAGGI, Abelardo

   LAS CÁRCELES ARGENTINAS DE ANTAÑO

    (Siglos XVIII y XIX) Teoría y realidad, Buenos Aires, Ad-Hoc, 2002

    480 p

 

        "Levaggi dixit". En cada materia histórico-jurídica que aborda, este maestro sencillo y profundo, cuya calidad científica y académica sólo es comparable en grandeza a su humildad proverbial y a la seriedad simpática, no seriedad empacada y opaca, con que encara todas y cada una de sus empresas, talla con tal detalle y solvencia, con tal método y sustancia, que es muy difícil que algo quede por agregar (al menos, por largos años, pues ni el mismísimo Levaggi es capaz de poner coto al devenir del tiempo, que trae siempre nuevos descubrimientos, nuevas técnicas y nuevos enfoques, y... ¡pobres los ilusos que se creen que la Historia es una disciplina de quietudes, de conservadoras planicies de monotonía y descanso! Muy por el contrario, es el más joven y vivo de los quehaceres humanos, y sus nutrientes se recrean sin cesar, día tras día, década tras década, desde que Heródoto de Halicarnaso, acariciándose la barba tupida, comenzaba sus relatos al pie de la Acrópolis eterna, y los curiosos atenienses detenían su paso por el ágora para escucharlo hablar de las cosas antiguas).

        "Levaggi dixit". En tantos y tantísimos asuntos... En cuanto a la esclavitud en el Plata, en cuanto a las capellanías, en cuanto a los dictámenes de los fiscales, en cuanto a la formación e ideas de Vélez Sarsfield, en cuanto a los reglamentos de administración de justicia, en cuanto a los tratados con los indios, y más, y más, y mucho, mucho más... Y luego, cuando el arado levaggino ha pasado por ese campo, ya no queda sitio para rejas nuevas, y quien aborde el tema deberá sí o sí leer a Levaggi, so pena de ser tenido por meteco o, cuando menos, por desprevenido, por marino sin brújula, por escultor sin cincel. Hace pocos meses, un autor se dio a escribir en una revista porteña un artículo sobre la situación jurídica de los esclavos rioplatenses (los de antaño, por cierto, no los de ahora), y... ¡omitió a Levaggi! Resultado: su nota recibió de inmediato la réplica tan contundente como merecida de un joven docente de Historia del Derecho, que, hablando mal y pronto, lo puso en muy feo trance, llevándolo al lugar que le cabía: sólo ante un público profano y pésimamente enterado del estado de la ciencia podría recibir elogios ese artículo, pero nadie puede bucear seriamente en las aguas donde Levaggi ya ha nadado, sin leerlo antes a éste.

        ¿Qué territorio desbroza esta vez Don Abelardo (cuyo nombre, feliz coincidencia, significa "laborioso como una abeja") en este libro editado por convenio entre la casa Ad-Hoc y la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires? Pues el de "la historia de la cárcel, o de la prisión" en la Argentina. Levaggi empieza poniendo las cosas en su sitio: aclara que él hará Historia (es decir, reconstrucción objetiva y fundada del pasado), y cuidará bien de apartarse (no otra cosa esperábamos de su rigor científico) de aquellos que han empleado las estampas, reales o ficticias, de las cárceles antiguas como simples herramientas al servicio del alegato de sus tesis penitenciarias, psicológicas, sociológicas o lo que fuere (y allí se lo nombra al tan leído Michel Foucault con nombre y apellido).

        Inicia su vuelo Don Abelardo desde un enfoque general de las reformas penitenciarias de la Edad Moderna, para poner proa luego a Iberoamérica, y desembarcar por fin en el Río de la Plata. De allí en más, todo lo toca: el marco jurídico, la estructura edilicia, el ingreso en la cárcel, la vida y la sociedad de los detenidos, su alimentación, su vestuario, su salud, sus ocupaciones, su enseñanza laica y religiosa, los aspectos económicos, los controles, y el egreso de los penados, tanto por la puerta como a través de medios más subrepticios. Y cierran esta magnífica obra un apéndice documental de Reglamentos carcelarios, y una prolijísima bibliografía.

        Del nivel investigativo, de la profundidad del estudio, de la abundancia de testimonios y su cita permanente y minuciosa, no necesito decir nada, porque quien conoce cómo trabaja Levaggi ya sabe a lo que me refiero, y quien aún no lo conoce es mejor que lo haga pronto. Nadie va a poder, a partir de ahora, decir responsablemente cosa alguna sobre las cárceles argentinas de ayer, sin haber leído este exhaustivo estudio. "Levaggi dixit". Ricardo Rabinovich-Berkman

 

 

Fernández Sessarego, Carlos

Derecho a la identidad personal

Bs. As., Astrea, 1992

          En 1944, el jurista peruano Fernández Sessarego comenzó a interesarse y preocuparse por los temas de este libro, inspirado en las páginas magistrales de El ser y la nada de Sartre y en la representación de la obra teatral del mismo autor, titulada A puertas cerradas, pieza que describía el conflicto de tres personajes que, encerrados en un mismo ambiente, luchaban entre sí por defender su identidad, sistemática y recíprocamente lastimada.

            Santos Cifuentes expresa en el prologo de la obra que este trabajo está fundamentado en la filosofía de la existencia, a la que coloca en primer plano de la reflexión sobre el ser humano, y de tal modo aporta las bases para recrear en este singular derecho existencial, el “derecho a la identidad personal”, la teoría tridimensional, con sus elementos: la vida humana social, las normas como regla de convivencia y los valores como criterios de regulación de la vida comunitaria. Queda franco el camino para evidenciar, con un encadenamiento ajustado a la lógica, la identidad de cada uno, que es estructura sobre sí, y a la vez, coexistencia con los demás. Ese concepto que revela el proyecto personal y su permanente y unida comunidad social, es un continuo proceso autocreativo del “soy yo” frente a los demás y con los demás, centro de actividades reales y potenciales que importa también, como nos enseña, la lucha para que los demás así lo reconozcan. Y apunta todavía a algo clave: la mirada de los demás, que es una especie de agresión, contribuye a afirmar y a ahondar los rasgos de la personalidad, y es, al propio tiempo, un elemento para asegurar y confirmar la propia identidad.

            El autor se detiene sobre el comienzo de la identidad y su criterio particular de la concepción del ser humano frente a las avanzadas de la genética; la trilogía de intereses que cataloga de esenciales entre los esenciales: la vida, la libertad y la identidad; cómo aparece ahora esta identidad en el último reducto de la actual elaboración jurídica, tal cual lo fue hace mucho el derecho a la intimidad; el aporte original de la jurisprudencia italiana con su apertura en un fallo de 1974, relevante jalón en otro de 1979, y cierre constructivo en calificado pronunciamiento de 1985; detallando informe de la doctrina científica de los juristas de varios países, en especial de Italia, sobre la que muestra un sólido dominio; rico y detenido análisis, con comentario y crítica de fallos italianos, dando opinión personal sobre la estática (signos distintivos como el nombre) y la dinámica (construcción cultural y espiritual propia) de la identidad; un estudio abarcador y sutil de las comparaciones y diferencias que hay que hacer del derecho a la identidad con el nombre, el derecho a la imagen, a la intimidad, al honor, y a la reputación; su confrontación con el derecho a la información; la tutela jurídica tanto en la fase preventiva como en la sancionatoria.

            Es destacable, por su importancia y completo panorama, el cuidado estudio final que brinda sobre la identidad sexual, en donde se atiende a las realidades homosexuales, al travestismo y a la transexualidad, mostrando sus entrañas biosicológicas, las últimas avanzadas científicas que las explican, así como las incipientes soluciones jurídicas en el derecho internacional comparado y la doctrina actual, más la propia opinión.

La obra, de 520 páginas, está dividida en siete capítulos:

Capítulo Primero: Introducción

Capítulo II: Noción jurídica de identidad personal

Capítulo III: Distinción entre el derecho a la identidad personal y otras figuras afines

Capítulo IV: Identidad del sujeto colectivo

Capítulo V: Problemática actual sobre el derecho a la identidad personal

Capítulo VI: Tutela de la identidad personal

Capítulo VII: Identidad sexual

Puede sostenerse que esta obra tiene bien merecida la calificación de pionera y exclusiva y es sin dudas ya un libro clásico, al que se debe recurrir cada vez que se presentan dudas sobre la materia. Rodolfo Sebastián Zotto.